OH! Stgo: Santiago contemporáneo a puertas abiertas

La iniciativa Open House llega por primera vez a Chile para celebrar un tour de arquitectura los días 18 y 19 de marzo. Los santiaguinos podrán pasearse a lo largo y ancho de los edificios y espacios de su ciudad y conocer de la mano de sus creadores los criterios detrás de su diseño y construcción.

Una ciudad es más acerca de sus habitantes que de sus edificios. Con esa premisa partió en Londres, hace 25 años, Open City, la fundación detrás de OH! Stgo, un evento que se desarrollará por primera vez en la capital el sábado 18 y domingo 19 de marzo, de 9:00 a 18:00 horas, con la intención de descubrir al público diversos edificios y espacios que normalmente están cerrados a su curiosidad y, de ese modo, desdibujar las fronteras entre lo público y lo privado. En total, serán 70 sitios repartidos en 23 comunas de la capital, que el público podrá visitar gratis ese fin de semana, sin inscripción previa.

Precisamente con la intención de no competir con el Día del Patrimonio, un comité de expertos, conformado por arquitectos, urbanistas, ingenieros y gestores culturales como Pilar Urrejola, presidenta del Colegio de Arquitectos, y la directora de Constructo, Jeannette Plaut, seleccionó lugares construidos del año 2000 en adelante o que hubiesen sido intervenidos de una u otra forma a partir de esa fecha. Entre ellos destacan obras como la Villa Antumalal en Renca, del premio Pritzker Alejandro Aravena; un codiseño entre su firma Elemental, Techo, Jundep y las familias que habitan el lugar, para el que se priorizó la creación de pasajes con un número reducido de viviendas para facilitar el espacio comunitario.

“Nuestra invitación es a un acto de confianza en la ciudad; a dejarse sorprender por espacios que hay en comunas que tradicionalmente no se visitan”, dice María Soledad Díaz del Colectivo Aldea, que se encargó junto a ProCultura de la organización del recorrido financiado por el gobierno regional. “De ellos, llaman especial atención los que están en construcción, como el Palacio Pereira, la segunda etapa del GAM y la Línea 6 del Metro de Santiago. Como el cupo para entrar es limitado, se harán concursos en las redes sociales”.

La edificación de Aravena forma parte de un grupo de proyectos que serán mostrados no solo con el fin de identificar buenas prácticas de desarrollo urbano fuera del cono de alta renta, sino también la conciliación entre la cosmovisión indígena y la realidad urbana contemporánea. Algunos de ellos son el Conjunto Habitacional Ukamau, obra póstuma del premio nacional de Arquitectura Fernando Castillo; el Parque Residencial Las Perdices en La Reina, de Antonio Polidura y Pablo Talhouk; y las Viviendas Ruca, que fueron diseñadas por Undurraga Devés Arquitectos.

“El territorio que habitamos nos configura un carácter. Es nuestra casa macro; una extensión del hogar. Si lo entendemos así, entonces debemos participar en su construcción, estética y todos aquellos aspectos que, de alguna manera, nos afectan a todos”, dice Ilonka Csillag, presidenta de ProCultura.

De ese modo, a la excelencia en el diseño se añaden otros criterios, tales como el diseño inclusivo y universal, la accesibilidad y conectividad, la integración con el contexto sociocultural, la propiedad y participación de la comunidad, y la innovación y calidad en los métodos de construcción e ingeniería. La sustentabilidad, por otro lado, cobrará protagonismo durante la visita, en Vitacura, al edificio de las Empresas Transocéanica y el MGV de + Arquitectos, cuyo bajo consumo energético por metro cuadrado los convirtió en dos de los más eficientes de Latinoamérica, ambos con una certificación LEED Gold que da cuenta de ello.

“Todos los aspectos de diseño están cuidados hasta el último detalle, de la funcionalidad a la estética”, explica Alex Brahm, arquitecto de la firma. “Particularmente, nosotros vamos a enseñar cómo hay que pensar para que un edificio tenga un bajo costo energético, cuide el medio ambiente y mejore las condiciones de trabajo de las personas que lo ocupan”.

La lista de los sitios que se visitarán, que también considera centros educativos, viviendas privadas y arte público, puede encontrarse junto con otra información práctica en www.ohstgo.cl. En cada uno de los lugares se entregarán guías que, además de mejorar la organización, permitirán llevar una bitácora del recorrido. Y en algunos, como el Museo Chileno de Arte Precolombino en Santiago Centro, el Templo Bahá’í de Sudamérica en Peñalolén, la Villa Frei en Ñuñoa, el Centro Cultural Espacio Matta en La Granja y el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, se contará con audioguías, las que podrán escucharse a través de una aplicación.

“OH! Stgo va a permitir al público ver hacia dónde se está moviendo la arquitectura chilena y, por lo tanto, aumentar drásticamente el cariño que tienen por la ciudad en la que viven. Mientras que a nosotros nos entregará información interesante para mejorar nuestros diseños”, opina Brahm.

 

Democratizando la arquitectura mundial

Cuando Victoria Thornton tuvo la idea de hacer la arquitectura de Londres accesible al público, en 1992, escuchó muchos “no”. Pasó algún tiempo tocando puertas junto a otros dos voluntarios, siempre con la misma introducción -“Tiene un lugar muy agradable. ¿Estaría dispuesto a compartir esto con mucha otra gente de su ciudad?”-, antes de que cierta cantidad de edificios patrimoniales y contemporáneos se sumaran a su iniciativa. Thornton no había estudiado formalmente arquitectura, sino que había caído en su regazo, gracias a un empleo que había conseguido en el Royal Institute of British Architects. Allí conoció el trabajo de importantes arquitectos, como Norman Foster y Richard Rogers, que la hicieron interesarse por esta forma de arte. Una vez organizó una charla sobre arquitectura para niños, en la que se dio cuenta de que había un vacío educativo importante. Eso la impulsó a crear la fundación Open City, que se encargó de la organización del primer Open House en Londres, al que asistieron alrededor de 200 personas.

“Me di cuenta de que la mayoría de los que no somos arquitectos no sabíamos de los edificios maravillosos que existen porque, literalmente, están a puertas cerradas”, cuenta Thornton. “Y como la arquitectura no estaba en nuestro sistema educativo, no sabíamos cómo discutirla, cosa que generaba frustración”.

Para cuando el Open House London cerró su tercera edición, eran los dueños y diseñadores de los edificios quienes se presentaban en la fundación con la intención de subir el perfil de sus obras arquitectónicas, llegaban voluntarios de diferentes partes del mundo y participaban cerca de 30.000 personas. Scott Lauer, uno de los voluntarios, retornó a Nueva York con la idea de realizar el tour en su ciudad. Fue así como en 2002 el Open House salió por primera vez de Londres para instalarse en Nueva York. En un momento en el que la ciudad más cosmopolita y vibrante se cerraba, debido a la gran cantidad de medidas de seguridad que se implementaron después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, Open House ofreció una salida a sus ciudadanos.

Siempre con el ojo puesto en la estructura, materialidad, composición e incidencia de los edificios y espacios en la vida cotidiana, Thornton replicó el modelo en Barcelona, Roma y Tel Aviv, hasta extenderlo a 30 países en cinco continentes, de los cuales Chile será el segundo en Sudamérica, detrás de Argentina. Thornton, que el año pasado dimitió como directora de Open House London para dedicarse a realizar estudios de impacto sobre la iniciativa, fundó Open House Worldwide en 2010, que agrupa las distintas ciudades que celebran el encuentro entre arquitectura y ciudadanía. Otros de los proyectos de su fundación involucran programas educativos en los que han participado miles de niños.

“La diferencia clave de este evento es que en un festival o bienal de arquitectura usualmente hay exhibiciones de dibujos o fotografías en las paredes que distorsionan la realidad. Nosotros queríamos hacer algo de verdad; que la gente fuera, viera y tocara los edificios”, dice Thornton. “Crecimos muy rápido, y eso demostró que la gente estaba interesada en su ciudad y en aprender más de arquitectura y diseño”.

La iniciativa de “alfabetización arquitectónica”, como la llama Thornton, acumula ahora un millón 700 mil visitas a nivel mundial. Su éxito se basa, además de la gratuidad, en que ofrece un programa único, apolítico e inclusivo, cuya organización opera a nivel local, respondiendo a las necesidades de los habitantes de cada ciudad sin detenerse a mirar las élites. A través de una experiencia física en vez de mediada, crea un puente entre el gobierno, la arquitectura como profesión y el público, el que se siente empoderado para participar en discusiones y exigir mejoras para su ciudad.

“Open House no es la única solución, pero es un catalizador. Creo que es algo que generará un impacto en las ciudades futuras”, cierra Thornton. Su próxima parada será San Diego, seguida de Atlanta, Bilbao y Torino.

 

La ciudad contemporánea

La arquitectura chilena pasa por un momento único de reconocimiento mundial. La irrupción de nuevas herramientas de diseño globalizadas junto con las contribuciones que nuestros arquitectos han hecho en materia académica y, por extensión, en nuevos programas y prácticas arquitectónicas, han impulsado la innovación en planificación, tecnología y vivienda. De allí que nuestra arquitectura esté pasando del espectro nacional a un circuito internacional que es cada más exigente.

“A pesar de eso, me parece que en Chile el talento y la energía de nuestros arquitectos tienen mucho que entregar en diversos desafíos que enfrentamos, como la organización del territorio, el paisaje y nuestros centros urbanos y su arquitectura. Ello implica abrir espacios para crear una cultura que valore esos aspectos y que permita a los arquitectos participar en las decisiones y proyectos que son de su atribución”, dice Pilar Urrejola, presidenta del Colegio de Arquitectos y miembro del comité que seleccionó los sitios que se visitarán durante el OH! Stgo.

Para la arquitecta Jeannette Plaut, quien también pertenece al comité de selección de OH! Stgo, este éxito refleja la calidad del diseño de la arquitectura moderna en la década de los 60 y el resurgimiento de prácticas arquitectónicas en los años 90, después de un apagón cultural. Y también evidencia la exploración de ideas modernas en un contexto regional, junto con el desarrollo de proyectos experimentales en los que el trabajo, la investigación y la educación se intersectan entre sí y, con frecuencia, se cruzan en el campo del arte, creando nuevas atmósferas.

Esta sucesión de cambios no solo se les atribuye a los arquitectos y urbanistas. También refleja un público cada vez más informado e involucrado, que es, finalmente, lo que el OH! Stgo busca.

 

Por Vanessa Leal Soto

Publicado en Artes y Letra de El Mercurio (ver)