Estimados arquitectos:
Soy uno más de los cerca de 25.000 arquitectos que hay en Chile. Un arquitecto que vive la paradoja de participar de un momento histórico de florecimiento de la arquitectura chilena, al mismo tiempo que ve que nuestro gremio pasa por uno de sus peores momentos. En estas circunstancias dejo de ser uno más y me corresponde encabezar un directorio que reemplaza al directorio de transición que dirigió nuestro Colegio por seis meses y abrió las puertas a una renovación profunda.
En nombre propio y de los directores electos Soledad Larraín, Jorge Espinosa, Diego Rebolledo, Fernando Marín, Javier Contreras, Alicia Alarcón, Manuel Marchant, Jorge Guzmán y Uwe Rohwedder, dirijo a ustedes este mensaje para agradecer el apoyo recibido y la confianza depositada en nosotros que nos compromete de un modo vital.
Por ahora somos un grupo heterogéneo de arquitectos de diferentes sensibilidades que hemos sido elegidos por ustedes para dirigir el gremio durante los próximos dos años. La heterogeneidad en este caso es una fortaleza que nos legitima aún más: representamos una gran diversidad generacional, trabajamos tanto en el sector público como privado, académico y profesional, provenimos de diferentes universidades tanto tradicionales como emergentes y representamos, como nunca antes en un directorio nacional, un vasto territorio que va desde Tarapacá hasta Chiloé pasando por Valparaíso y Santiago.
Con toda esa heterogeneidad de base, aspiramos a constituir un equipo unitario de trabajo que sea capaz de enfrentar los desafíos que tiene actualmente nuestro gremio: los cambios en administración y gestión, el servicio de una deuda millonaria, la recuperación de la unidad de nuestro gremio que amenaza con fisurarse, la presencia de nuestros puntos de vista en el debate público y más.
Sin embargo, pienso que nuestro principal desafío institucional es cerrar la brecha entre el número cada vez más creciente de arquitectos titulados en Chile (aprox. 25.000) y el número cada vez decreciente de arquitectos colegiados activos (aprox. 2.500).
El recurso escaso del Colegio no es el dinero sino el compromiso, la solidaridad y la voluntad de acción colectiva. Es lo que falta y una vez conseguido, permitirá un aumento del número de colegiados, de la cantidad y calidad de las actividades que hagamos, de los recursos que seamos capaces de generar y en consecuencia de pagar nuestras deudas y de aumentar nuestra capacidad de influir tanto en las políticas públicas como en mejorar las condiciones de nuestro ejercicio profesional.
Espero contar con el apoyo de todos ustedes desde Arica a Punta Arenas, con mujeres y varones, con los experimentados y con los jóvenes, con los “consagrados” y con los “low profile”: todos los que ejercen la arquitectura desde las más diversas formas. Incluso espero contar con el apoyo de quienes no se han integrado al Colegio sea por desinterés, desilusión o desinformación
Queremos convocarlos a todos a esta gran tarea de superar unidos esta crisis, poner en valor y hacer crecer nuestro Colegio para, en definitiva, contribuir a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía a través del ejercicio del noble oficio de la arquitectura.
Humberto Eliash
Arquitecto ICA 3178
Presidente nacional
Colegio de arquitectos de Chile