Bienal de Arquitectura de Venecia: El pequeño salar que Chile instalará en Venecia

Once toneladas de sal gruesa, rocas y piedras serán parte de “Cancha: paisajes del suelo de Chile”, un pabellón que desde el 29 de agosto presentará a siete arquitectos.

El Mercurio. 09.08.12

La carga zarpó desde Iquique el 24 de junio. Mañana arribará al puerto de Génova, para trasladarse inmediatamente a su destino en Venecia. Son once toneladas de material extraído desde el Salar de Tarapacá, repartidas entre 5 mil 250 kilos de sal gruesa, 4 mil 200 de rocas de grandes dimensiones y mil 550 de rocas pequeñas. Será parte fundamental en el diseño espacial del pabellón chileno presente en la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, que se inicia el 29 de agosto con la curaduría del británico David Chipperfield.

“Así como a la Expo Sevilla de 1992 Chile llevó un iceberg para representar el lado frío de los chilenos, con esta propuesta nosotros queremos mostrar otro aspecto a través del suelo de un país minero”, dice el arquitecto Bernardo Valdés, académico de la U. Diego Portales y -junto con Pilar Pinchart- curador del pabellón chileno en la cita más importante de la arquitectura mundial.

El proyecto, que se titula “Cancha: paisajes del suelo de Chile”, contempla la participación de siete arquitectos nacionales: Pedro Alonso, Juan Pablo Corvalán, Genaro Cuadros, Germán del Sol, Iván Ivelic, Rodrigo Tisi y Alejandro Aravena, quien además tendrá un papel especial en la bienal.

“Kancha es una palabra quechua que refiere a un espacio vacío similar a lo que es la plaza. Tomamos esa metáfora, poética y política, de cómo se puede entender el país. De ahí nació la invitación a estos arquitectos a pensar Chile más allá de sus obras particulares”, dice Valdés.

En su origen, el proyecto se inspiró en el atlas de Claudio Gay, quien hacia 1830 fue contratado por el gobierno para hacer el primer “levantamiento” de un país recién fundado. El naturalista convocó a especialistas en distintos ámbitos: flora, fauna, historia, cartografía, idiosincrasia.

El mismo ejercicio se hizo con estos arquitectos, quienes muestran su perspectiva acerca del suelo como recurso, patrimonio y paisaje. “El resultado es lo que conformaría un ‘nuevo atlas de Chile’: el catálogo que se presentará en la bienal”, dice el curador.

El pabellón se instalará en uno de los galpones que datan del siglo XIV en la antigua zona veneciana de Arsenal, el mismo que Chile utilizó en la Bienal de Arte de 2011. Son 120 m {+2} en un espacio oscuro, de modo que el pequeño salar buscará generar una experiencia nueva en el visitante. Sólo podrán ingresar en grupos de diez personas, provistas de zapatillas especiales que protegerán la sal para mantenerla limpia.

Cada arquitecto presentará su proyecto en exhibidores iluminados con lámparas que se despliegan desde el techo del galpón y estarán acompañadas de un microdocumental, loops de cinco minutos en promedio, elaborado por el fotógrafo y documentalista Cristóbal Palma. Cinco rocas de unos 500 kilos servirán como mostrador para el catálogo de “Cancha: paisajes del suelo de Chile”. En el ingreso al pabellón, por un hall de acceso, además habrá una obra de Iván Navarro y Pedro Pulido.

“El tema propuesto por Chipperfield para esta bienal era el de ‘Common ground’ (suelo común). Él planteó la hipótesis de que ese suelo común es el espacio que queda entre los edificios, por lo tanto, está en la ciudad. Nosotros, en cambio, planteamos que en Chile ese espacio es el territorio”, concluye Valdés.

SUMAR Y RESTAR

Once toneladas de sal lleva Chile a esta bienal, que dura 89 días y donde 250 mil personas visitan los pabellones de 55 países.