Conmemoración primer año como Monumento Nacional de la Sede del Colegio de Arquitectos de Chile – Comité de Patrimonio Arquitectónico y Ambiental

 

Cumpliéndose un año de la declaratoria de la Sede del Colegio de Arquitectos como Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales, el Comité de Patrimonio de la Orden quiso celebrarlo en forma especial.

Es así que el martes 10 de enero invitaron a un encuentro a los antiguos habitantes y usuarios del edificio para recorrer los salones y dependencias, con la posibilidad, como afirma Marjolaine Neely, Presidenta del Comité, “de registrar sus testimonios para que sean parte de nuestro acervo patrimonial, y, a futuro, puedan ser parte de un libro que rescate los valores de esta hermosa, notable y única construcción tan valorada por nuestro gremio y ejemplo único del Art Nouveau en Chile”.

Esta instancia única coordinada por el Comité, fue ampliamente resaltada por el arquitecto Christian Matzner T., representante del Consejo de Monumentos Nacionales que asistió al encuentro, confirmando así que el patrimonio arquitectónico es un elemento vivo, donde junto con la construcción y el diseño, la vivencia e historias de los habitantes también son parte fundamental.

Valeria Catafau, Directora Nacional de la Orden, destacó a la par que “estas historias sobre las vivencias y usos de la casa, también resultan esenciales para dimensionarnos como Sede y cómo queremos ser como Colegio de Arquitectos, abriéndonos cada vez más a la ciudadanía”.

El edificio – ubicado en Alameda 115, Santiago Centro – es obra de 1920 del destacado arquitecto Luciano Kulczewski García, máximo exponente del Art Nouveau en Chile. Su construcción fue encargada por don Martín Figueroa Velasco, después de la compra del terreno en 1920, con el objeto de establecer en ella su residencia familiar y al mismo tiempo generar rentas, conformándose así un edificio con cinco locales comerciales en un primer nivel, y dos viviendas en los niveles superiores, habitando su familia Figueroa-Echaiz el sector  oriente.

Veinte años después, nuevos residentes habitan la casa, convirtiéndose en residencia para inmigrantes o descendientes yugoslavos y clínica maternidad, siempre manteniendo el primer nivel comercial, hasta el año 1970, cuando la Corporación de Mejoramiento Urbano –CORMU- adquiere la propiedad como parte de un plan estratégico urbano, lo que implicaba la demolición del edificio.

A mediados de los años 70, el Colegio de Arquitectos de Chile, reconociendo el valor del edificio, gestiona la adquisición de esta propiedad para transformarla en su sede gremial, rehabilitándola para su nuevo uso y convirtiéndose en uno de los primeros ejemplos en Chile de rescate y protección de un bien material.

En el año 2010, el edificio es declarado Monumento Nacional, después de un largo proceso interno en el cual el Colegio de Arquitectos gestionó ante el Consejo de Monumentos Nacionales su reconocimiento y protección por ley, (ya antes había sido declarado Edificio de Interés Patrimonial por la I. Municipalidad de Santiago).

Marjolaine Neely precisa que “hoy existen dos grandes desafíos a corto y mediano plazo: por un lado, restaurar el edificio y mejorar su habitabilidad y, por otro, ampliar su sentido patrimonial. Entendemos que el valor patrimonial de esta construcción no radica sólo en su arquitectura, en sus vitrales y en la magnífica artesanía que ella incorporó; también es importante el uso y la vida que acoge como la que acogió en su pasado, su historia, las vivencias y la memoria ligada a estos muros y espacios”.