Ciudad de todos

Sabemos que la ciudad perfecta es una utopía, sabemos además que la ciudad crece, se modifica y transforma constantemente en su ciclo natural de desarrollo. También sabemos que estamos viviendo “La era de las Ciudades”. Según estimaciones de la ONU la población del planeta se duplicará en los próximos cuarenta años y sobre el 90% vivirá en centros urbanos. Entonces debemos prepararnos para las nuevas demandas por viviendas, transporte y espacios públicos que este cambio traerá.

Este fenómeno empieza a remecer los cimientos conceptuales de nuestra ciudad. Con algunos proyectos que han acelerado esta discusión dentro de un contexto de opiniones y enfoques muy diversos, todos respetables y cada uno con sus énfasis en determinados valores. Desde los que están a favor de una ciudad compacta y más densa donde los peatones y ciclistas tengan una participación más activa. O los que prefieren un modelo de ciudad menos denso, más extendida, donde los vehículos, los medios de transporte y las carreteras toman relevancia. Y los que buscan un equilibrio intermedio, es decir una combinación de ambas formas de crecimiento.

Cualquiera de las opciones impactará de una u otra forma al territorio. Explicado, porque una hectárea edificada en densidad media (edificios de 15 a 20 pisos) con distanciamiento urbanamente amigable, equivale a cerca de 40 hectáreas (40 manzanas) de viviendas unifamiliares comprimidas. Con el consecuente daño ecológico sobre el suelo, aumento de la huella de carbono y obviamente más demanda en infraestructura y transporte. Ejemplos de ciudad de baja densidad, como Los Angeles, California, revelan enormes áreas cubiertas de carreteras, hormigón y distancias donde el automóvil pasa a ser el principal medio de transporte y al mismo tiempo, prácticamente no existe convivencia peatonal. Entonces tenemos que preguntarnos; ¿Qué tipo de ciudad y que relación entre personas, territorio y naturaleza queremos?

Extrañamente hemos centrado la discusión en proyectos privados, olvidando los espacios públicos, porque “Cuando hablamos de la ciudad, más importante que los edificios, es el espacio que queda entre ellos, el espacio público”, dicho por Amanda Burden, Comisionada de Planeamiento de New York y que lidero la revitalización con proyectos como el High Line Park o el Battery Park. Esto nos debería llevar a pensar en una política de incentivos a proyectos que entreguen beneficios en áreas peatonales, áreas verdes, comerciales, o estacionamientos subterráneos, para así extender las veredas, aumentando la arborización y haciendo el caminar una forma vida segura y atractiva de comunicarse en la ciudad. O normativas que impulsen la inter relación entre los edificios y el espacio peatonal. Pues el peatón independiente de artefactos o artificios, es el rey de la ciudad.

Al igual que todas las ciudades tamaño medio en el mundo, debemos cambiar el obsoleto sistema de transporte público, con sistemas subterráneos para liberar terreno para parques y otros modos mas sustentables, además de concretar obras de infraestructura que permitan mejores traslados y la utilización del espectacular sitio geográfico en que Concepción se emplaza.

Por eso como Colegio de Arquitectos e insertos en la “Era de las Ciudades” llamamos a un urgente y participativo debate, sobre los desafíos en un contexto de valores urbanos, paisajísticos, sociales y culturales, que prioricen un desarrollo equilibrado para nuestra aún pequeña ciudad.

 

DIRECTORIO

Colegio de Arquitectos de Chile Delegación Concepción

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