“En el marco del proceso de formulación del nuevo Plan Regulador Comunal”
Autor: Izidor Carlos Mora M.
Dr.-Ing. Technische Universität Hamburg-Harburg – Alemania
Arquitecto Universidad de Chile
Presidente Delegación Zonal Llanquihue del Colegio de Arquitectos
Publicado en El Heraldo Austral
La Comuna de Puerto Varas posee un enorme potencial de desarrollo turístico, basado en gran medida en sus valores patrimoniales, tanto arquitectónicos, como paisajísticos, que son parte del legado cultural de sus fundadores. A nivel urbano, destaca la escala de sus edificaciones, el ritmo de vida de sus habitantes, su condición de borde lago, sus espacios públicos, además de una oferta comercial y gastronómica de calidad a escala de barrio. La gran afluencia de turistas, que año a año inunda sus calles, no hace más que reafirmar su vocación de ciudad acogedora.
Sin embargo, en los últimos años la ciudad ha comenzado a experimentar los efectos de la acumulación de desaciertos de las sucesivas autoridades políticas y técnicas a nivel local. Y esto no sólo en materia de instrumentos de planificación, sino también en la definición de las prioridades que orientan las inversiones del Estado, cuyo objetivo debiera ser: anteponerse a los problemas urbanos para lograr una oportuna adecuación del espacio público a los cambiantes modos de vida de sus habitantes, sin poner en riesgo los valores identitarios de la ciudad.
En la actualidad los desequilibrios se manifiestan de formas muy variadas, destacando claramente la pérdida de eficiencia de la estructura vial. Es así como sus habitantes deben sufrir una permanente congestión vehicular, la escases de estacionamientos para un creciente parque automotriz, la inexistencia de una red de ciclo vías, una deficiente conectividad interior, así como un inoperante sistema de locomoción colectiva, que de optimizarse, podría significar una excelente alternativa al uso de los automóviles particulares. Cada uno de estos problemas incide en la calidad de vida, no sólo de los puertovarinos, sino también de la creciente cantidad de turistas que llegan a la ciudad, especialmente en época estival.
Además de lo anterior, está el riesgo latente de atentados contra el patrimonio urbano de la ciudad. A pesar que Puerto Varas cuenta con un área declarada “Zona Típica” y con numerosos inmuebles con estatus de “Monumento Nacional”, lamentablemente no existen instrumentos que permitan asegurar de manera integral, la identidad histórica de la ciudad. Esta falencia ha permitido que varios edificios patrimoniales hayan desaparecido o estén en peligro de demolición. A esto se suma una nueva moda que se instala, consistente en el desarme y traslado de inmuebles patrimoniales, acciones financiadas por la empresa privada y apoyadas con entusiasmo por las autoridades locales. Seamos honestos, el objetivo real de estas medidas consiste en liberar espacio urbano para consolidar proyectos inmobiliarios, que poco y nada tienen que ver con la puesta en valor de las identidades locales.
La falta de un modelo integral de planificación urbana sustentable, que vele por el bien común y por la salvaguarda de los valores propios de Puerto Varas, junto a una gestión inmobiliaria carente de regulaciones reales, constituyen las causas más relevantes de los desequilibrios detectados. Sus orígenes a nivel nacional, se remontan a la década de los 80 del siglo pasado, cuando la dictadura militar promulgó la “Política Nacional de Desarrollo Urbano”, que relegó al Estado a un rol meramente subsidiario, y entregó al mercado la responsabilidad de planificar el territorio nacional. En la Región de Los Lagos este modo de hacer ciudad alcanza su apogeo durante los últimos 20 años, de la mano del crecimiento económico y del auge de la salmonicultura.
La buena noticia es que, a pesar de la gravedad de los desequilibrios detectados, Puerto Varas todavía está a tiempo de enmendar rumbos, con el objeto de mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Esto, aun cuando la actual tendencia le esté llevando inexorablemente a formar parte de una de las mayores conurbaciones del sur de Chile (Puerto Montt, Alerce, Puerto Varas y Llanquihue). Otro dato alentador es la reciente promulgación de la “Nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano” (Marzo de 2014), que reemplaza a la de 1985 y que nos pone a la par de los países de la OCDE. Esta nueva visión del Estado entrega orientaciones precisas a las autoridades locales, respecto de la aprobación de sus instrumentos de planificación urbana (Planes Reguladores), en el sentido de propiciar la participación activa y vinculante de la ciudadanía en la consolidación de ciudades más sustentables.
En este nuevo escenario es posible intentar algunas propuestas de intervención, que permitirían orientar el nuevo Plan Regulador Comunal, actualmente en sus fases iniciales de formulación. En primer lugar, rescatar el concepto de “ciudad caminable”, acuñado durante el Congreso de Arquitectos realizado en Puerto Varas en Octubre de 2013, como parte importante de la imagen objetivo de la ciudad. Esto invita a pensar en cambios radicales en la forma en que actualmente se usa la ciudad, de tal forma de alcanzar, al menos, 3 objetivos básicos: peatonalizar por completo la zona céntrica, desincentivar el uso del automóvil y proyectar creativamente los valores identitarios de la ciudad de las rosas.
Como lo anterior no es posible lograrlo por si sólo, necesitamos pensar en medidas concretas que permitan su puesta en marcha. Por ejemplo: a) concesionar una estructura de estacionamientos en la periferia, racionalmente distribuidos que permitan liberar el centro del creciente parque automotriz, b) reformular el actual sistema de locomoción colectiva, transformándolo en un medio eficiente de conectividad y acercamiento al centro de la ciudad, c) construir una red de ciclo vías seguras y con cobertura global y d) construcción de un anillo de circunvalación que una los extremos de la ciudad, lo que ayudaría a descongestionar el tráfico interior de manera significativa, transformándose en una alternativa al uso de la Ruta 225 en su paso por el centro de la ciudad.
Finalmente, pensando en la actual y futura expansión urbana de Puerto Varas, es necesario considerar algunas medidas básicas, como por ejemplo: descentralizar la actual oferta de servicios básicos, incentivando la creación de sub-centros residenciales con equipamientos propios, que hagan disminuir los desplazamientos al interior de la ciudad. Esto equivale a apostar por un crecimiento físico controlado, apoyado en 2 medidas: a) renovación urbana con una arquitectura respetuosa de la identidad de Puerto Varas y b) construcción de barrios sustentables con una densidad habitacional media, que fomente la diversidad de usos compatibles y propicie la movilidad e integración social.
Es importante destacar la preocupación y actitud crítica de los habitantes de Puerto Varas, respecto del presente y el futuro de su ciudad, lo que expresan a diario en los medios de comunicación local y en las redes sociales de la internet. Este comportamiento contrasta con la realidad que se vive muy cerca, en la vecina Puerto Montt, donde en los últimos 25 años sus habitantes han sido testigos pasivos, no sólo del crecimiento explosivo de su ciudad, sino también de la destrucción del patrimonio arquitectónico del centro fundacional y de la consiguiente pérdida irreparable de su identidad. Por lo mismo, esperamos que este conjunto de ideas sea un punto de partida para re-enfocar los esfuerzos de manera proactiva en la búsqueda de soluciones sustentables. Es necesario aprovechar la instancia, que el nuevo Plan Regulador Comunal se encuentra en su fase inicial de formulación y que una componente decisiva de su versión final debiera ser la participación activa y vinculante de la comunidad.
Mar112016
Felicito al autor de este llamado de atención e inteligente propuesta. También felicito al Colegio Regional de Arquitectos por dar cabida y aplicarse a este tipo de aportes que nos corresponde hacer a los arquitectos. También, en el mismo sentido de velar por la identidad regional, me parece necesario que esa delegación aborde el tema de la calidad de la Arquitectura Pública. Ya que ésta, en pocos casos contribuye a los objetivos identitarios y a otras cualidades, más allá de satisfacer rutinariamente necesidades prácticas. El Sur en general y muy especialmente Puerto Montt y Puerto Varas, imcluídos Alerce y Llanquihue, requieren un sector público integrado, que abandone la abulia y la reemplace por un impulso entusiasta en la dirección de enmendar rumbos.
Arqto. Sergio Soza Valderrama
Gracias Don Sergio por su contribución a esta necesaria discusión. Si hay alguien que puede opinar con propiedad acerca del desarrollo urbano de las ciudades de la Región de Los Lagos, es usted.
Quisiera agregar a estas acertadas opiniones, un factor influyente en la realidad de la zona , que es la migración de población nueva durante las últimas décadas buscando trabajo en la industria del salmón principalmente. Esto ha creado un habitante desvinculado, una generación ( o dos) sin identidad ni vinculo con el patrimonio local.
El desarrollo de Alerce, Puerto Montt y otras ciudades lo evidencian por lo que felicito también al autor de este articulo y espero que se unan mas expertos al desarrollo del nuevo Plan Regulador Comunal para salvar y contrarrestar esta situación con miras a desarrollar una ciudad sustentable y respetuosa de los valores urbanos y patrimoniales.
Arquitecto: Felipe Hosiasson Saavedra
Hola, Sergio Soza Valderrama;
Recibe un caluroso saludo desde el sureste mejicano de tu amigo Godofredo Salazar Reyes. Nos la pasábamos bien en la CDMEX con los amigos entrañables del exilio. Va un afectuoso y fuerte abrazo para los habitantes del Cono Sur.
Atte. godofredosalazar@yahoo.com.mx.