El jueves 1 de diciembre se realizó el lanzamiento del número 153 de nuestra revista c/a, bajo el tema “LA DEUDA EDUCACIONAL” (ver) en el showroom de ARTENOSTRO. Pilar Urrejola, Presidenta Nacional del Colegio de Arquitectos de Chile y Macarena Cortés, Editora de la revista, presentaron el número y la relevancia de sus contenidos para el gremio. Luego, Juan José Ugarte hizo una presentación panorámica del número y Umberto Bonomo, Co-editor, explicó el formato digital de la plataforma que hoy aloja a la tradicional revista del Colegio de Arquitectos. El evento contó con la presencia de autoridades, representantes de oficinas de arquitectura, universidades y distintos arquitectos.
El número 153 de la Revista c/a, segundo número del nuevo formato digital, responde a la propuesta temática para el año 2016, denominada La Deuda de Chile; cuestionando con ello el cómo la arquitectura esta respondiendo a las demandas sociales que el país está enfrentando en la actualidad. El número que aquí presentamos, se titula La Deuda Educacional y se ha propuesto analizar, como la arquitectura ha contribuido las demandas específicas en torno a la educación, a través de la reflexión crítica de la disciplina y sus proyectos.
La gran cantidad de artículos recibidos, que podríamos llamar de opinión -por el tono discursivo y crítico- permite especular que existe una particular sensibilidad al tema e incluso una cierta crítica generalizada a la falta de respuestas y presencia de los arquitectos en las discusiones de fondo que hoy plantea la crisis educacional del país.
En esta línea el artículo de Juan José Ugarte propone dejar sentada las bases de la discusión sobre específicamente la educación superior, a través de tres conceptos como: acceso, calidad y autonomía. En otros como en el de Díaz y Vallejos, o en el de Ibacache, se cuestiona desde una perspectiva más genérica el proyecto de arquitectura y su relación con la educación. Así se plantea, que la disciplina ha mostrado preocupación por los temas, pero no ha sido capaz de levantar el problema de la infraestructura educacional, como un tema gravitante en la toma de decisiones y en discusiones entorno a, por ejemplo; el cambio de curriculum de la educación escolar o al financiamiento de la educación universitaria.
Estas visiones se contradicen con la alta cantidad y buena calidad de los proyectos recibidos, que demuestran que donde el arquitecto ha podido desplegar sus capacidades proyectivas, lo ha hecho con capacidad de transformación tanto en la formalidad con que se ha entendido el establecimiento educacional, como de sus posibilidades espaciales. En esta oportunidad la convocatoria abierta recibió muchos proyectos de establecimientos educacionales de tres escalas: preescolar, escolar y universitaria, y ubicados en diversos contextos (rurales y urbanos). En términos genéricos los proyectos presentados demuestran oficio y sorprenden por la calidad de las propuestas.
Otros artículos, de corte más bien histórico, como los de Víctor Valenzuela y Soledad Valdivia, dejan en claro que hubo un momento en el cual la infraestructura educacional tuvo un lugar privilegiado como política de Estado, que garantizó y dio acceso formal a la educación en gran parte de Chile. Su rol en este proceso construyó ejemplos referenciales de tipologías arquitectónicas de establecimientos, con ejemplos tan emblemáticos como el de las Escuelas Concentradas de Talca. Estas obras permitieron contar con una pieza de infraestructura flexible también a las necesidades de las comunidades donde se ubicaron, multiplicando su rol urbano en muchas ciudades.
La diversidad de artículos recibidos en esta oportunidad, no permitió una categorización temática, y por el contrario abrió muchas entradas, desde la educación ética del arquitecto como de ejercicios proyectuales. El número remata con la tensión presentada en el portafolio visual, donde Pablo Casals nos presenta la contradicción evidente entre dos casos emblemáticos de arquitectura escolar, como lo son: el Colegio San Ignacio y el Instituto Nacional.