Por Manuel Marchant Rubilar
El próximo miércoles 5 de junio a las 18:30 horas, se inaugura en la Sede Nacional del Colegio de Arquitectos de Chile, la muestra del arquitecto y artista visual Eduardo Delgado, quien expondrá una interesante serie de pinturas que titula «Las cárceles imaginarias».
Las pinturas están inspiradas en las obras de Giovanni Battista Piranesi (1720-1778) quien nace en Mogliano Véneto. Fue un arquitecto, investigador y grabador italiano, que realizó innumerables obras basado en la antigüedad romana. Realizó innumerables grabados de edificaciones reales e imaginarias y destacan entre ellas aquellas llamadas las Cárceles Imaginarias, una de sus primeras colecciones donde la desmesura y la fantasía han inspirado a generaciones de artistas incluyendo entre ellos a los del movimiento Surrealista.
El arquitecto Eduardo Delgado, se inspira en la obra de Piranesi y nos presenta un mundo en que el pasado y el presente habitan un mismo sueño, la humanidad de hoy y la de ayer comparten en su obra un mismo cosmos y hábitat carcelario.
Conversemos con Eduardo Delgado acerca de su propuesta.
La arquitectura es un oficio complejo y desde siempre ha existido una relación muy profunda entre el arte y la arquitectura, me refiero en este caso específicamente a la plástica, cómo se ha dado para ti esta relación? ¿Es una relación que siempre te ha acompañado o surgió con posterioridad a tu formación como arquitecto?
Yo soy de esa generación que nos enseñaban que si uno quería ser alguien en la vida solo tenía 4 opciones profesionales: Medicina, Derecho, Ingeniería y Arquitectura.
Por otro lado, siempre tuve facilidad para el dibujo. Era quien dibujaba en el pizarrón una célula o un esquema del ADN mientras el profesor dictaba la materia, el típico compañero bueno para el dibujo. Por lo tanto, cuando tuve que decidir que estudiar, la elección era muy evidente. Y no me equivoqué. Así comenzó mi carrera como artista, porque todo arquitecto es un artista ya que la arquitectura es un arte. No están separados. Una vez dentro de la Universidad el universo se expande y como estudiante tuve la posibilidad de ser educado en técnicas de expresión, perspectiva, técnicas pictóricas, historia del arte. Y además me permitió tener contacto humano con estudiantes de áreas como Diseño (dentro de la misma Escuela, antes de la separación) y Arte, en el mítico campus de Las Encinas, de donde aún conservo buenos amigos. Una vez titulado incursioné en Audiovisual, Gráfica, Comics y Arte callejero, digamos como actividades extra programáticas, siempre en el contexto del denominado «underground» de los 80´s.
La carrera como pintor propiamente tal se inicia en 2016 cuando recibí la invitación del Museo de Arte Moderno de Chiloé (MAMChi) para desarrollar un proyecto en pintura tema libre. En enero de 2017 presenté en la Muestra Anual del MAM el proyecto «Amigos de Perfil» una serie de 13 retratos de gran formato en blanco y negro y que tuvo una buena recepción del público y la crítica. Y ahí comenzó todo. Después presenté el proyecto «Las 4 Estaciones» y a partir de 2018 comencé el proyecto Piranesi que fue concluido en pleno Estallido Social y que debía ser presentado en agosto de 2020, cosa que nunca ocurrió por la pandemia.
¿Cómo surgió tu interés en Piranesi?
Fue amor a primera vista. Aún recuerdo aquella mañana en que el profesor de Historia del Arte nos mostró las diapositivas de la serie Cárceles Imaginarias y me voló la cabeza. Yo, amante de la Ciencia Ficción y el Cine Negro, veo estos grabados de unas ruinas venidas de un futuro improbable y caí rendido. Luego encontré su marca en las películas de Fritz Lang, en los dibujos de Escher, en los escenarios de Blade Runner. Siempre tuve la certeza que algún día concretaría un proyecto con sus grabados como protagonistas.
¿Qué te motivó a realizar esta serie que expones, inspirada en las Cárceles Imaginarias de Piranesi?
Digamos que fue un proceso que tomó cerca de 50 años, entre aquella lejana mañana en el aula universitaria y el día que puse el primer brochazo en la tela, hace apenas unos años atrás. Y la idea inicial tiene que ver con aquella lejana tradición de los arquitectos de «ambientar» los planos de Cortes y Fachadas con personas teniendo alguna actividad. Poco a poco se fue puliendo la idea básica hasta tener claro cómo enfrentar los distintos escenarios y poder pintarlos.
¿Cuál es la vigencia que ves en la obra de Piranesi? En el sentido de constituir, en tú elaboración pictórica, espacios que dan lugar a un acontecer contemporáneo. Manifestaciones, diabladas, comercio, etc., coexisten en una misma «cárcel».
La vigencia de su obra no resiste discusión. Una breve pasada por Google nos muestra que las muestras de su obra se multiplican en el mundo entero. Hay visitas digitales donde uno puede «pasear» por esos espacios. Se ven sus huellas en películas de nuevas generaciones, como Duna, por lo que su vigencia sigue estando presente.
Luego, cuando tuve que comenzar a «ambientar» estas cárceles usé la técnica del collage, pero no usando papel, tijera y pegamento, sino que copiando visualmente imágenes de la web y pintándolas en vez de pegarlas, componiéndolas libremente, al capricho del pintor. Todas las personas y escenas que están en los cuadros tienen un origen real y de esta especie de Cadáver Exquisito pictórico resultaron pinturas coherentes donde se mezclan y superponen distintas realidades, en un tipo de universo cuántico donde todo puede ser al mismo tiempo.
¿Qué arquitecto nacional admiras en esta doble faceta de arquitecto y pintor?
Arquitecto pintor, Roberto Matta sin duda. También tengo mucho respeto por la obra de Don Ernesto Barreda. Y mi pintor chileno favorito es Adolfo Couve.
¿Qué le dirías a los jóvenes arquitectos que dudan entre la arquitectura y la pintura? ¿Son para ti, oficios compatibles?
No sólo compatible, tengo el firme convencimiento que el arquitecto DEBE ser instruido académicamente en las artes plásticas y escénicas. Debe saber dibujar con papel y lápiz, debe saber teoría del color, debería saber o al menos tener interés en escenografías (o instalaciones artísticas) y por supuesto cine y música. Todas las disciplinas artísticas son compatibles y se enriquecen unas a otros. Y, por último, en mi experiencia personal, haber estudiado esta carrera, aparte de prepararme para enfrentar el oficio de arquitecto, su metodología me ha servido para enfrentar cualquier proyecto artístico con un soporte teórico firme que me asegure una materialidad coherente y un discurso político claro.