Los smartphones son un elemento integrador entre la ciudad y la infraestructura inteligente. Presidente del Colegio de Arquitectos comenta sobre esta tecnología.
La utilización de aplicaciones móviles es otro aspecto que permite mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, pues estas permiten adaptar los espacios de manera inteligente y profundizar la relación que las personas tienen con los núcleos urbanos.
Un ejemplo de esto es la oficina de “Nueva Mecánica Urbana” de la ciudad de Boston (EEUU), la que permite a los ciudadanos contribuir a la planificación de su entorno. Esto gracias a diversas herramientas tecnológicas y de gestión urbana, entre las que se destaca un juego en 3D. “Las aplicaciones móviles pueden tener influencia en la predicción y planificación de los comportamientos urbanos y, por lo tanto, de los funcionamientos de la ciudad. Esto ofrece una amplia oportunidad de optimización, dado que están entregando en tiempo real información sobre movimientos y flujos, entre otros”, señala Alberto Texido, presidente del Colegio de Arquitectos de Chile.
Es por este motivo que las aplicaciones se configuran como el elemento integrador que permitiría a la ciudad poder coordinar la instalación de infraestructura urbana inteligente, de manera que esta se pueda ubicar en aquellos lugares donde más se requiere.
“La problemática de la tecnología en la ciudad tiene algunas aplicaciones y posibilidad es en ciertos comportamientos relacionados con la movilidad, los flujos y algunos aspectos de geolocalización de negocios y servicios públicos”, dice Texido.
Pero también es necesario que infraestructuras mayores funcionen adecuadamente y brinden el soporte para que las aplicaciones móviles puedan funcionar de manera eficiente.
“La ciudad, mucho antes que esa tecnología, aún tiene brechas urbanas que seguir solucionando. Hay que crear más espacios públicos y un mejor transporte”, dice el presidente del Colegio de Arquitectos de Chile.
Este último aspecto se configura como un elemento fundamental en las ciudades inteligentes, pues es uno de los factores que provoca mayor impacto en la calidad de vida y en el funcionamiento de los núcleos urbanos en desarrollo como Santiago. “La infraestructura urbana en cuanto a movilidad, es un paso que eventualmente se puede configurar como una revolución o cambio de ciclo en el contexto de las ciudades inteligentes. Esto tiene que ver con la integración de la bicicleta, como el ir cambiando ciertas lógicas como es el uso del automóvil, como el uso de vehículos compartidos y el uso de software que permita mejorar cómo nos manejamos dentro de las ciudades”, explica Ricardo Truffello, director Observatorio de Ciudades UC.
Por Efraín Moraga