Estimados Colegas:
Como tantas veces me ha ocurrido sin estar buscando, se abren puertas muy sugerentes y con desafíos casi ineludibles. Surge entonces por el interés de muchos colegas amigos, la posibilidad de postularme como director al Colegio de Arquitectos. Escribo estas palabras muy convencido que necesitamos un gremio muy activo y enfocado en revalorizar nuestra profesión como medio para generar cambios a nivel de la ciudadanía, a visualizar desde nuestra mirada más experimentada una participación en procesos que finalmente signifiquen una mejor calidad de vida.
A pesar de tantos sucesos seguimos teniendo una linda historia, y como siempre hemos encontrado personas y equipos con interés por trabajar, por creer que se puede y se debe con la mayor responsabilidad posible, reforzar nuestro rol, en acciones visibles entendiendo que la memoria se construye con objetos y ausencias, con mitos y esperanzas, con recuerdos y amnesias. Seguramente no estoy diciendo nada nuevo pero creo en los momentos, las personas y las ganas de provocar como en la forma arquitectónica, eso que vemos sea un buen vehículo que ayude a generar ámbitos de actividad, una materia dispuesta de tal manera que olvide su presencia para confundirse con los acontecimientos.
Desde mi trinchera más ligada a la academia y el enseñar, estoy convencido que el gran rol que podría jugar nuestro Colegio en el futuro está muy ligado a educar a nuestros ciudadanos para empoderarlos en algo muy esencial y que es: saber sobre el bien mayor que significa tener acceso a una mejor arquitectura y su relación íntima como lo mencioné antes que es la calidad de vida.