Una de las grandes contradicciones del crecimiento de la ciudad de Temuco de las últimas décadas está relacionada con la expansión y evolución interna, elementos que no han ido a la par con los estándares urbanos de calidad de vida y sustentabilidad que corresponden, si nos comparamos con ciudades de escala similar del mundo desarrollado.
Hoy, los atributos de calidad de vida que nos caracterizaron en algún momento se han desvanecido, producto del crecimiento inorgánico sujeto a la presión inmobiliaria así como a la falta de visión en la planificación y gestión general de la ciudad.
Así entonces tenemos una ciudad en la cual se empiezan a incrementar las principales patologías de las grandes urbes. Si bien son reversibles no se vislumbra una propuesta urbana por parte de las autoridades de la ciudad, las cuales se encuentran sobrepasadas con la contingencia, así como por el centralismo del Gobierno y los Ministerios competentes.
Estos últimos vuelcan su principal esfuerzo en tratar de arreglar el Gran Santiago y poco ayudan en las ciudades intermedias con el desarrollo de soluciones parches y nada de integrales que tienen un nulo aporte en calidad de vida y el espacio público como lo es lamentablemente también el caso de Temuco.
El principal desafío entonces es reflexionar en cómo establecer una estrategia, relevando qué es lo primero a corregir. Es clave establecer una hoja de ruta a partir de la cual se prioricen las políticas urbanas de la ciudad incentivando que nuestro Temuco se torne amigable y equitativo para sus ciudadanos, competitivo en relación a las inversiones a nivel nacional e internacional y particular en el concierto de las ciudades del mundo.
En relación al concepto de equidad es importante reparar que si bien algunos pocos pueden disfrutar las bondades de La Araucanía y vivir en barrios de buena calidad.
EN CASA
La gran mayoría de los temuquenses al preguntarles qué hacen un fin de semana le contestará que los niños juegan en la calle si el clima lo permite o simplemente se quedaron encerrados en casa mirando televisión o irán a pasear al mall. Tristes respuestas que reflejan la pobreza de nuestra ciudad en parques, museos, plazas, espacios de cultura y sitios de interés que debiesen ser una llamado de atención con respecto al tema y apurar el tranco en la materialización del Parque de la Isla Cautín, la revisión con respecto a la gestión del Cerro Ñielol, así como el necesario desarrollo de proyectos de parques urbanos, recintos deportivo entre otros.
Otra carencia a considerar para poder amalgamar los derechos fundamentales de la vivienda, la salud y el trabajo es contar calidad tanto comunal como intercomunalque venga a suplir las carencias de movilización dentro de la ciudad y la región que esté a la par con los países desarrollados. Actualmente las deficiencias del sistema de transporte público local sólo han hecho prosperar el ineficiente sistema de taxis colectivos, así como incentivar el uso del automóvil saturando las calles generando tiempos de viaje que no se condicen como el tamaño de ciudad.
Pensar en un sistema integrado de transporte con trenes de acercamiento, metro, tranvías, vías exclusivas, uso masivo de la bicicleta y proyectos de peatonalización son propuestas que deben empezar a desarrollarse en forma urgente. En un futuro cercano, de no tomar acción sobre el tema al igual que Santiago y en las grandes ciudades que crecieron al amparo del automóvil, los temuquenses pasarán gran parte del día detrás de un volante o en un microbús en un taco.
CALIDAD DE VIDA
Así también la competitividad de la ciudad, junto los aspectos de calidad de vida mencionados van de la mano de estrategias de economía urbana asociadas a la atracción de inversiones. Actualmente éstas se han visto minadas por las inconsistencias del actual plan regulador vigente dadas las limitaciones impuestas en su última modificación.
Allí se definieron restricciones a los índices de constructibilidad, densidad y altura que han redundado en un desequilibrio entre el valor metro cuadrado de oferta de los terrenos y la capacidad edificable en vastas zonas de la ciudad y que es imperativo corregir.
Esto se traduce en la paradoja que si bien existen terrenos disponibles, escasean propiedades a valores razonables que permitan rentabilizar el desarrollo de proyectos de uso comercial, conjuntos de vivienda y de de edificación en altura.
Finalmente la visión asociada a cómo hacer particular nuestra ciudad está relacionada a la construcción de la marca Temuco en el contexto nacional e internacional de las ciudades, nos obliga a pensar en qué ofrecemos de distinto para ser reconocidos como ciudad.
Es necesario relevar el valor de la cultura local a la posición que le corresponde, así como establecer un programa de recuperación del poco patrimonio arquitectónico que va quedando junto con la construcción del nuevo patrimonio, el cuál debiese multiplicarse gestionando obras emblemáticas que nos transformen en visita obligada al momento de conocer Chile.
No debemos poner límite a nuestras ambiciones como ciudad si tomamos el ejemplo de Bilbao, Curitiba o Medellín por citar algunas. Allí la visión urbana de las autoridades locales en concordancia con la ciudadana hizo que se transformaran en ejemplo de calidad de vida y ciudades modelos para el mundo.
Carlos Cruz C.
Arquitecto
Presidente Delegación Araucanía
Colegio de Arquitectos de Chile.
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