Vengo en representación de los arquitectos de Chile para despedir a un hombre que representa a Chile.
Fernando Castillo Velasco entra en la posteridad como uno de los arquitectos chilenos con mayor influencia en la historia de Chile. Amparado en la visión de la vida que otorga el ejercicio de la arquitectura, su vasta trayectoria incluye una notable carrera profesional y académica, y una carrera política plasmada particularmente en la gestión y desarrollo de la comuna de La Reina, donde sirvió como alcalde desde su fundación. Como arquitecto, su irrenunciable vocación de justicia social y servicio comunitario está reflejada en las principales obras arquitectónicas de la oficina que formó junto a sus colegas Bresciani, Valdés y Huidobro, así como en sus permanentes e innovadoras investigaciones de modelos de vida comunitaria que hasta hoy se reconocen con su nombre.
Fernando Castillo representa el ideal universal del arquitecto absolutamente moderno, creativo, multifacético, emprendedor, comprometido, con profundo sentido ético y conciencia social. Para comprenderlo en su real potencia, ninguno de sus intereses puede ser disociado de los demás: arquitectura, filosofía, política y ética están completamente concatenados en una unidad indisoluble y coherente. Su trayectoria servirá como ejemplo a generaciones de jóvenes arquitectos que esperan servir al país tan generosamente como él sirvió.
El Colegio de Arquitectos lamenta sentidamente la partida de tan admirado colega, Premio Nacional de la Orden en 1983; expresa sus sinceras condolencias a su familia y amigos, y se suma a los homenajes y manifestaciones de pesar de miles de compatriotas.
Sebastián Gray, presidente nacional del Colegio de Arquitectos
Sábado 20 de julio de 2013 en el Cementerio General de Santiago:
HONORES A UN ARQUITECTO GRANDE 19.07.2013
Se nos ha ido Fernando Castillo Velasco, un hombre como pocos. Si he admirado a un arquitecto como tal, pero más que todo por su calidad y su fuerza como hombre integral, ese ha sido don Fernando Castillo.
Aunque como estudiante de arquitectura en los años 60, yo ya conocía sus obras en Santiago, lo conocí y aquilaté en persona en un congreso de arquitectos en Concepción, al que asistí como “oyente”, ya que aun solo soñaba con ser como él, todo un arquitecto. Fernando Castillo entonces expuso con vehemencia, entusiasmo y claridad ideas que recién, 50 años después, están en el tapete de los arquitectos chilenos.
Cuando después fui funcionario en la Municipalidad de Talcahuano, mi campo de prueba y de fogueo profesional, en connivencia con mi jefe Leocán Portus nos contactamos con la municipalidad de La Reina, la comuna nueva y señera a cargo del singular y revolucionario alcalde Fernando Castillo, quien nos envió a dos de sus funcionarios estrellas para que por varios días nos instruyeran a los municipales locales para aprender de verdad gestión urbana y social en una comuna, que per se están tan limitadas. Fueron el abogado Leonel Bastías, después autor de varios textos legales y Eduardo San Martín, arquitecto que ha tenido en el tiempo una trayectoria exitosa y brillante; en aquellos años brillaban al alero de don Fernando.
Pocos años después, bajo el abrazador calor de una veraniega tarde santiaguina, Fernando Castillo Velasco, el primer rector laico de la Pontificia Universidad Católica de Chile llevado a ese cargo por el movimiento universitario del 67 (que antecedió al del 68 en Francia), nos recibió en la solemne rectoría al alcalde Portus y a su arquitecto asesor, el suscrito. Don Fernando se sentaba en su silla casi papal en mangas de camisa, con un cigarrillo en la boca y con las ventanas del salón abiertas en pleno a la Alameda capitalina. Esa caliente tarde, con una simple y grata conversación, se diseñaron los iniciales cimientos de la sede Talcahuano de la PUC de Chile. El mismo año se construyó un convenio entre esa casa de estudios y la Municipalidad del puerto, dando origen a una de las primeras sedes en región de la PUC, y que fue, ni más ni menos, la base de la actual Universidad Católica de la Santísima Concepción. Todo ello gracias a la visión y entusiasmo del rector arquitecto, personaje ya de un nivel que trascendía lo nacional.
Obras emblemáticas de arquitectura y urbanismo en el territorio nacional, profesor en Cambridge durante el exilio, Premio Nacional de Arquitectura, para que seguir…
Cuando en los albores del retorno democrático don Fernando fue nombrado Intendente de Santiago, me alegré como nadie y escribí una columna de opinión en la prensa local porque, “al fin había llegado la imaginación al poder”, el sueño que tantos hemos perseguido vanamente… Pero no podía ser sino un sueño, porque don Fernando Castillo renunció airado al ser desautorizado por el gobierno cuando él había dado vía libre a la primera marcha post dictadura de la gente frente a La Moneda. Genio y figura….
Va mi homenaje en este simple texto, a este gran hombre y gran arquitecto, de tan humana, hermosa y brillante trayectoria.
ANTONIO ZELADA E.,arquitecto
Premio Regional Emilio Duhart de Arquitectura y Diseño 2012
Articulo publicado el el Diario de Concepción el 22.07.2013