Discurso de la Presidenta del Colegio de Arquitectos para el Premio Ensamble 2017

El Padre Gabriel Guarda ha sido distinguido 33 veces, según entiendo, en el Vaticano, en Madrid, en Lima, en Chile por supuesto y en muchísimos lugares del planeta, ello ha sido a través de medallas, premios nacionales, ciudadanías ilustres, membresías honorarias, y otros reconocimientos de gran envergadura.

Más allá de todo esto, hoy está aquí para recibir el Premio Ensamble que parece reflejar algo tan propio de este lugar y de la enorme tarea que ha desarrollado el Padre Guarda, con una actitud tan ajustada a lo que esta palabra nos evoca. Ensamble como la reunión de las piezas de madera, como el enlace de pensamientos e ideas, como la unión en la complejidad de los acontecimientos históricos y más precisamente con esa capacidad del Ensamble de conformar esos elementos entre sí de modo que ya no hay sumatoria de partes, sino una nueva creación.

Pienso que ello más que una casualidad, viene a ser una situación que manifiesta una clara relación entre este Premio Ensamble y la obra del Padre Guarda, donde se encuentran de modo esencial caracterizados por la modestia, la del carpintero, y por un lugar como esta Isla Grande de Chiloé donde él ha puesto al servicio de ella y sus habitantes su capacidad intelectual, su pasión para rescatarla, redescubrirla, protegerla y ponerla en valor nacional e internacional.

Ha sido así que, a partir de sus estudios, de sus investigaciones y sus escritos, cimentados en una formación sustentada en la contemplación, cuyos principios son la invocación y el trabajo, ha hecho fructificar el valor de la permanencia en el tiempo, de las atmósferas chilotas, de la obra arquitectónica en fraternidad con su entorno natural.

Con esa discreción y profundidad ha prodigado su tiempo en la búsqueda de los valores de identidad en las ciudades, la arquitectura, los ascendientes y la cultura, habiendo escrito alrededor de 4OO textos, en los cuales está plasmado su deambular por el mundo para encontrar los orígenes que son el patrimonio que nos regala como chilenos.

La obra construida, tan relevante como la escrita, es testimonio de su capacidad de situarse en el tiempo, la Capilla del Monasterio Benedictino, realizada con el Hermano Martín Correa en los años 6O es parte de nuestros monumentos históricos modernos. Ha sido reconocida por su considerable delicadeza y el consistente y arduo trabajo. La sencillez de su propuesta a partir de dos volúmenes cúbicos blancos en los que sus aristas se inundan de luz generando espacios etéreos y fluidos, se contrasta con la gran complejidad y diversidad de lugares interiores marcados por atmósferas conmovedoras.

En este breve homenaje al fecundo quehacer del Padre Guarda, queremos manifestar el contento de nosotros los arquitectos y reconocer a la Delegación del Colegio de Arquitectos de Chiloé su gran aporte por el cuidado, dedicación y compromiso que tienen con la disciplina, con su cultura y con las personas que emprenden día a día la tarea de preservar su patrimonio y su identidad.

Es por ello que quisiera traer a la memoria la contribución que han hecho también otros merecedores del Premio Ensamble: Monseñor Juan Luis Ysern de Arce quién con su nacionalidad española se instala en Ancud y con una especial sensibilidad da origen al “Programa de Protección y Desarrollo del Patrimonio Arquitectónico de Chiloé” y defiende con fuerza y valentía la flora y los bosques chilotes, dejando patente en la memoria algo que nos interpela ¿Adónde vas Chiloé? pregunta que debiésemos responder como chilenos.

La Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, representada en la persona de don Hernán Montecinos quién fuera un laborioso mensajero del valor de las Iglesias de Chiloé y fundador con sus estudiantes de lo que sería nuestro Patrimonio de la Humanidad.

Así mismo recordar al Taller Puerta Azul, un ejemplo de entrega y de trabajo en equipo, al cual llegaron de tantos de lugares lejanos para ser adoptados e hijos queridos de este lugar.

Alguien dijo en una ocasión qué lo había cautivado de Chiloé “El agua verde-azul de sus fiordos y canales, una tierra de suaves y verdes lomajes recortada contra un cielo siempre cambiante y los chilotes, gente empeñosa y acogedora, de un hablar particular y orgullosa de su cultura mestiza forjada en torno al fuego”. Fue nuestro actual Premio Nacional de Arquitectura, Edward Rojas.

Para terminar, quiero agradecer, agradecer a nuestro arquitecto, historiador y benedictino, que ha llegado hasta aquí a recibir una distinción hecha por sus pares y a celebrar con alegría y con fidelidad lo que el mismo manifestara: “Un ejemplo notable es Chiloé, a mí me ha tocado mucho trabajo allí.  Veo con admiración este lugar que siendo (un lugar) más pobre, más apartado, más aislado de Chile y sin embargo defienden sus tradiciones, es impresionante lo que tiene el chileno… Están restaurando Iglesias, se está tomando conciencia colectiva, teniendo las más preciosas técnicas y además de bajo costo, sin embargo, son tradicionales.”

 

Pilar Urrejola Dittborn

Presidente Nacional Colegio de Arquitectos de Chile