Estoy convencido que el Colegio de Arquitectos es un espacio privilegiado para poner en el debate público los que nos mueve y compete. Es más: es nuestra obligación hacerlo, particularmente ahora que ya es sentido común que tenemos problemas con las maneras en que hacemos nuestras ciudades. El Colegio tiene una voz que levantar, autorizadamente y con propiedad.
Para que esta voz sea escuchada, los colegios profesionales deben recuperar la tuición del ejercicio profesional. Lograr el cambio en esta legislación debe ser tarea principal del próximo directorio. Nuestra profesión ha evolucionado y existen múltiples campos para ejercer, además del diseño como camino de ingreso a la profesión. Hoy el patrimonio, el urbanismo, la gestión pública en municipios y ministerios o la privada en empresas inmobiliarias u obras; los nuevos medios de expresión, la vivienda, la docencia universitaria o la investigación, entre otros, son espacios donde actuamos cotidianamente.
Lo que no está exento de problemas e indefiniciones. Nuestro Colegio debe ser el espacio donde esta realidad múltiple y contradictoria tenga expresión gremial en la defensa y protección de nuestros intereses y la calidad del ejercicio profesional, lo que significa actuar en el ámbito de la ciudad y el territorio, de la producción arquitectónica del Estado y de las empresas privadas, de la formación en la disciplina.
La crisis de participación en la sociedad significa que las personas se involucran poco en lo público, desde las elecciones de autoridades hasta las juntas de vecinos, está también presente en nuestro Colegio pero paradojalmente hay un interés creciente en ser parte activa en los procesos que definen el espacio de lo público, expresado en organizaciones y movimientos, que debemos impulsar y consolidar.
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Creo firmemente en la participación de los habitantes en la generación de su cotidiano y en la comprensión de la ciudad, en el proceso de hacerse la vida junto a los demás. Así, soy parte de los movimientos que en mi barrio han buscado proteger las formas de vivir que se han generado. He estado en el Colegio desde mi titulación, primero en el Comité de Arquitectos Jóvenes y luego en el de Desarrollo Urbano y en el de Hábitat y Vivienda, con conversaciones, redacción de textos y cartas, debates, encuentros, foros y bienales. He trabajado en programas de vivienda social rurales y urbanas y en iniciativas relacionadas con la arquitectura del Estado, para la recuperación de ciudades y la puesta en valor del espacio público. He sido profesor en Geografía en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano e invitado en los programas de magister de Diseño Arquitectónico (USACH) y de Ciudad y Territorio (PUCV). Las propuestas que sostengo:
- Acrecentar la participación dentro del Colegio, en los Comités, incrementando el uso de nuestra sede, en el Servicio de Asistencia Técnica, en la relación las organizaciones de los habitantes y con otras profesiones e instituciones.
- Recuperar la tuición del ejercicio por parte de los colegios profesionales, liderando su articulación para lograr los cambios constitucionales que se necesitan
- Aumentar la integración de los Comités en la dirección del Colegio y sostener la inscripción de nuevos colegas
- Incrementar la participación de los arquitectos en los asuntos públicos que atañen a los territorios, las ciudades, los barrios, el transporte, la infraestructura, poniendo los temas urbanos en la nueva Constitución de la República.
https://joseantoniopiga.wordpress.com
Documento original
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