Humberto Eliash Díaz (ICA 3178)

 

  1. La arquitectura chilena vive uno de los mejores momentos de su historia. Nunca antes hubo tantas obras destacadas y tanto reconocimiento para arquitectos chilenos a nivel nacional como internacional. Lo mismo ocurre con la parte académica de la arquitectura si se mide por la calidad de algunas universidades que imparten la carrera y si la medimos en calidad y cantidad de publicaciones y en calidad y cantidad de posgraduados relacionados por arquitectura y ciudad. Sin embargo en lo que a organización gremial no ocurre lo mismo. Ahí la arquitectura chilena esta al debe.

 

  1. El Colegio de arquitectos vive un momento crítico. Jamás en su historia hubo una brecha tan grande entre el número de arquitectos y el número de colegiados. En Chile hay 28.500 arquitectos de los cuales 12.000 están colegiados pero sólo 2.500 son activos, es decir menos del 10%. En la última asamblea general (septiembre de 2017), que selló el destino de nuestra sede nacional, votaron 46 arquitectos. Estamos en una encrucijada inédita. Nuestra realidad es que el Colegio fue creado en la primera mitad del siglo XX y sigue funcionando con una lógica de un país y de un ejercicio profesional que son totalmente diferentes y no se ha sabido adaptar a esta nueva realidad. Es por lo tanto necesario encontrar un formato que sea funcional a los intereses del gremio, de nuestra disciplina y que sintonice con las demandas del siglo XXI.

 

  1. Así como un país no funciona sin un estado fuerte y estructurado además de una iniciativa privada responsable y emprendedora, tampoco funciona si faltan las estructuras intermedias de la sociedad, tales como son las organizaciones ciudadanas, gremiales, sindicales, partidos políticos, etc. Nunca he militado en ningún partido político pero me interesan los asuntos públicos y sobre todo la articulación entre lo público y lo privado ya que ahí radica la clave de la buena gestión. En mi labor profesional como arquitecto y también como académico en las Universidades de Chile, Católica y otras, he tratado de ser consecuente con estos ideales a través de mi vocación por la arquitectura.

 

  1. Fuí miembro del Directorio y vicepresidente del Colegio de arquitectos entre 1994 a 1998 y presidente de la XII Bienal de arquitectura el año 2000. Creo que tengo la capacidad, la experiencia y el tiempo para integrarme a un equipo que sea capaz de abordar los desafíos que debe enfrentar el colegio, no sólo para sobrevivir a esta crisis, sino también para crecer en influencia sobre la sociedad y para lograr sus objetivos institucionales. Espero contar con el apoyo de mis colegas de regiones y de Santiago, con hombres y mujeres, con la juventud y los mas añosos , con los famosos y anónimos, con todos quienes hacemos parte de este gremio más que centenario.

 

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