Claudia Woywood Rodríguez (ICA 9360)

Estoy convencida que el Colegio de Arquitectos de la Región de Valparaíso (CAV) puede avanzar significativamente en su consolidación como un actor activo, responsable y propositivo que favorezca el desarrollo urbano sostenible en la región, además de promover una revalorización del rol de los arquitectos en este proceso. Con esta finalidad, mi invitación y compromiso es a trabajar en torno a los siguientes 3 ejes de acción:

  1. Un CAV ACTIVO y CONVOCANTE

En lo que respecta a su organización interna, creo que el CAV enfrenta dos grandes desafíos:

El primero tiene que ver con la capacidad de adaptar nuestro funcionamiento interno a un escenario cada vez más dinámico, que exige agilidad y flexibilidad para entregar respuestas oportunas, proyectándose como un actor significativo en el debate. Esto implica desarrollar una estructura y procesos de toma de decisión que favorezcan la confluencia de intereses y eviten la dilación. Por ejemplo, transitando de un modelo de gestión basado en reuniones presenciales, hacia una cultura que combine el uso de plataformas digitales para entregar respuestas y definir vías de acción de manera más oportuna, transparente y participativa.

Un segundo desafío interno se refiere a la necesidad de poder sumar más colegiados, que participen del CAV de diferentes maneras. Este objetivo no será alcanzado sin comprender lo que representa hoy el CAV tanto para los arquitectos colegiados como para quienes no lo son. Es fundamental identificar las posibles barreras de entrada, las expectativas y percepciones que representa el CAV para nuestros colegas. Una vez realizado este diagnóstico, podremos revisar nuestra organización y nuestros procesos de trabajo, para poder convocar de manera eficiente a nuevos miembros.

2. Un CAV INTEGRADO a la comunidad

Creo que debemos reforzar nuestra presencia y compromiso con los diferentes actores sociales de la Región. Para esto es importante continuar el trabajo conjunto con otras instituciones y asociaciones (SEREMÍAS, CORDEP, Municipalidades, ONG’s, Universidades, JJVV, etc.), en una amplia diversidad de proyectos y problemáticas. Al mismo tiempo, se deben proyectar y ampliar los servicios que brindamos a la comunidad estableciendo, por ejemplo, un Servicio de Asistencia Técnica (SAT) patrimonial.

3. Un CAV INDISPENSABLE

Creo firmemente que el Colegio de Arquitectos ha sido y es una organización relevante para el país y su futuro. Sin embargo, estimo que su importancia se ha ido desdibujando en el tiempo. Como prueba de esto se pueden mencionar la baja tasa de colegiados y su rol relativamente secundario en varias controversias públicas.

Me parece necesario trabajar para revertir esta tendencia. Para esto, Debemos ser capaces de ofrecer servicios útiles y pertinentes a nuestros miembros, en el marco de una defensa y revalorización activa de nuestra profesión. Por otra parte, probablemente nunca nuestra región ha habido un debate tan intenso respecto a su desarrollo urbano y patrimonial. Este contexto es una oportunidad para posicionar al CAV como una voz indispensable en la defensa de nuestros principios, de manera oportuna y proactiva. Sólo de esta forma, pondremos fortalecer nuestra influencia en las decisiones cruciales que hoy están en juego.

 

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