El primer lugar del Concurso Público de Arquitectura para el futuro Centro de Educación Ambiental (CEA) de la provincia de Llanquihue fue otorgado a una propuesta que destaca por su integración con el entorno natural, uso de materiales reciclados y enfoque educativo sustentable, liderada por los arquitectos Giancarlo Acosta y Adolfo Guzmán.
El proyecto propone una edificación que se eleva para adaptarse a la topografía y preservar el bosque nativo existente. Utiliza contenedores reutilizados y materiales reciclados provenientes del Centro de Tratamiento Integral (CTI), además de incorporar sistemas de captación de aguas lluvias para su reutilización y estrategias de aprovechamiento pasivo de la energía solar.
Uno de sus elementos más distintivos es un recorrido pedagógico con estaciones informativas que permiten enseñar de forma experiencial el ciclo de los residuos. Esta dimensión educativa busca fomentar conciencia ambiental desde una perspectiva cotidiana y formativa, fortaleciendo prácticas sustentables en la comunidad.
El diseño fue concebido desde una visión pública y de bajo impacto, donde la arquitectura se entiende como mediadora entre reciclaje y paisaje. Más allá de su valor como infraestructura, la propuesta apunta a generar un impacto positivo en la calidad de vida de las futuras generaciones mediante espacios con sentido, abiertos al aprendizaje ambiental y social.